martes, 2 de diciembre de 2014

LA SOBREEXPLOTACIÓN DE LAS REDES TELEFÓNICAS



Definimos mantenimiento como cualquier tipo de actividad  necesaria para mantener o reparar cualquier elemento que forma parte de un sistema, de modo que este pueda cumplir la misión que le corresponden dentro de su cadena funcional.                Existen muchos tipos de mantenimiento, desde el preventivo que básicamente tiene por misión evitar la aparición de fallos o defectos antes de que estos aparezcan, evitando perjuicios o cortes de servicio,  hasta el mantenimiento correctivo, que se efectúa para subsanar los fallos o averías una vez que ya se hayan producido.                           El mantenimiento es, casi por definición, una actividad cara, y lo es por varios motivos.                   En el caso del mantenimiento correctivo, al coste de la propia reparación del sistema, hay que sumar el coste que supone la paralización del sistema durante el tiempo que permanece averiado.    Además hay que tener en cuenta el efecto que sobre los clientes tiene el hecho de estar sin servicio durante el tiempo en que dure la avería, y el deterioro de la percepción en la calidad del servicio del operador.    El mantenimiento preventivo trata de evitar estas dos últimas consecuencias y consiste  en revisiones periódicas sobre los elementos de la infraestructura, efectuando las reparaciones o sustituciones necesarias antes de que el sistema falle y se produzca el problema.                        La percepción de nuestros clientes sobre la calidad del servicio que se les ofrece, mejora sustancialmente en este segundo caso, suponiendo un plus diferenciador sobre la competencia en términos comerciales.  



El mantenimiento, en lenguaje económico, es una actividad “maldita” por contables y economistas, puesto que supone un gasto que en principio no conlleva ningún retorno: en otras palabras, una mala inversión.         Este pensamiento supone un gran error, puesto que a medio y largo plazo un mantenimiento deficiente o inexistente, es una desventaja comercial que se traduce en una pérdida de ingresos que afectan directamente a los balances económicos de las empresas.               La pérdida de confianza de los clientes en su operador si no realiza un mantenimiento correcto de sus instalaciones supone abrir un ancho camino para que los competidores le roben clientes.
En los últimos tiempos estamos asistiendo a un fenómeno que va más allá de un mal mantenimiento y que podríamos definir como sobreexplotación.   
      
     La sobrexplotación se diferencia por invertir una cantidad mínima de recursos en el mantenimiento de los sistemas, muy por debajo de lo necesario para asegurar un mínimo de calidad.                Esta práctica resulta desastrosa pues además de los problemas ya mencionados, conlleva también un deterioro irreversible de los sistemas que llega a hacer inviable una posterior reparación de los mismos.                     El gasto necesario para hacer frente al desastre que produce la sobreexplotación es inmensamente más elevado que si se hubiese realizado un mantenimiento razonable.


Como ejemplo podríamos poner el del conductor que decide ahorrar en el mantenimiento de su vehículo y deja de hacer las revisiones y cambios de aceite periódicos.   Económicamente, a corto plazo, supone un ahorro económico importante, pero a medio plazo se enfrentará a la necesidad de comprar un coche nuevo, porque el suyo de le habrá quemado, eso si antes no le han fallado los frenos y ha tenido un accidente con víctimas.

jueves, 19 de junio de 2014

SUBCONDUCTOS TEXTILES PARA CANALIZACIONES TELEFONICAS.



La necesidad de maximizar el uso de las canalizaciones telefónicas existentes y la obligación impuesta por las administraciones publicas de compartir estas infraestructuras con otros operadores, ha servido de estímulo para diseñar nuevas tecnologías encaminadas a este fin. Entre estas nuevas tecnologías hay que destacar los nuevos subconductos construidos con materiales textiles flexibles y de alta resistencia.   La tela de la que están construidos  es  Nailon monofilamento resistente al fuego con un punto  de fusión de 200 °C,  resistente a productos químicos y derivados de petróleo.     Viene pre-lubricado para reducir fricción durante la instalación y se fabrica en tamaños desde 1.1" hasta 4", y en configuraciones de 1, 2 y 3 celdas.         Estos “miniductos” sirven para albergar cables telefónicos y también eléctricos en canalizaciones nuevas o ya existentes.   Hay una gran cantidad de tipos y tamaños, dependiendo de las necesidades a cubrir.     

          Normalmente vienen en conjuntos de varios subconductos, cosidos por uno de sus bordes.  Existen algunos modelos que contienen dentro de su estructura un hilo metálico, normalmente acero inoxidable, que permite su localización con los detectores adecuados, cuando su instalación se hace subterránea.

El porcentaje máximo de ocupación del conducto, es decir, el área aprovechable del total disponible en cada conducto, es como máximo el 45% del total, aunque algunas operadoras la limitan a un 40%.   En cuanto a la distancia máxima de este subconducto que se puede instalar, sería de unos 2000 m.   En el interior de las cámaras de registro, el tubo textil puede cortarse o también puede hacerse pasar de largo, con lo que podremos conseguir que las tiradas largar de cable puedan hacerse sin necesidad de entrar en estas cámaras de paso.  Es factible instalar más de un conjuntos de miniductos flexibles en el mismo conducto.       
Se recomienda que cuando se tienda el primer cable, este vaya instalado en el subconducto central, lo que facilita mucho los tendidos posteriores.      Los subconductos textiles no solo permiten una fácil instalación de los cables en su interior, si no que el desmonte de los mismos e igualmente muy fácil.      Aunque el textil ya viene pre-lubricado de fábrica, existen también lubricantes que facilitan el tendido en caso de condiciones especialmente dificultosas.           
Si bien es posible empalmar secciones de subconductos flexibles, en general no se recomienda hacerlo pues las soluciones que se han dado hasta el momento no son totalmente eficaces.              La obturación de los conductos en que se albergan estos subconductos textiles, se hace con obturadores inflables.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Trepadores y trepolinos para subida a postes de madera.



Las empresas de telefonía han utilizado desde el principio de su actividad, postes de madera para sujetar los conductores de cobre desnudo que transmitían las señales eléctricas.   Estos postes soportaban muy a  menudo varias crucetas que podían ser de hasta 3,20 m de longitud.    Cada una de ellas podía llevar 10 o 12 aisladores, con lo cual la parte alta de estos postes era un verdadero laberinto de alambres, aisladores, soportes, etc.  
Trepolinos.  Tradicionalmente usados por las compañías telefónicas
  Como era necesario que los operarios accediesen a todos los soportes para trabajar en los distintos niveles, para subir a estos postes, se usaban un tipo especial de trepadores, llamados trepolinos, que tienen un solo punzón o pincho.   Nos se usaban los tradicionales trepadores de gancho de las compañías eléctricas, mucho más seguros, pero con los cuales era prácticamente imposible moverse en tal enjambre de hilos de cobre.
Los “trepolinos” tienen el inconveniente de que es necesario mantener la pierna completamente estirada para mantener todo el peso del cuerpo sobre el pincho, haciendo que este se clave en la madera del poste.   si por cualquier motivo aflojamos esta tensión, podemos perder la adherencia al poste e incluso caernos al suelo.   Los tradicionales trepadores de arco no presentan este inconveniente, pues es la propia forma del trepador la que asegura la fijación al poste, ayudado de unos pequeños pinchos que van a lo largo de toda la forma curvada.  
Trepadores de arco  Su utilización es más sencilla que la de los "trepolinos"
 Los “trepolinos” tienen además el inconveniente de que por el gran tamaño del pincho, deterioran más el poste de madera que los trepadores de arco; esto hace que sea necesario sustituir anticipadamente aquellos  postes en las que se trabaja muy a menudo.    Por contra, sobre el suelo, es mas fácil andar con trepolinos, aunque hay que tener especial cuidado pues un tropezón puede hacer que nos clavemos el pincho en una pierna, causando una lesión más grave que en el caso de los trepadores de arco.
En la actualidad las líneas telefónicas soportadas en poste no llevan circuitos de hilo desnudo, si no solamente cables de pares o de fibra óptica, por lo que el antiguo inconveniente de moverse sobre el poste sin dañar los circuitos no existe, con lo que deberíamos replantearnos el tipo de trepadores usados, considerando la conveniencia de empezar a usar los de arco.

martes, 25 de marzo de 2014

INDUCCIONES POR CORRIENTES ALTERNAS (I)

Los cables telefónicos de pares instalados en las proximidades de lineas eléctricas, sobre todo de alta tensión, pueden verse afectadas por las corrientes inducidas en sus conductores por estas lineas de energia.   Estas lineas transportan corriente alterna, de 50Hz. y pueden llegar a tensiones de 400 Kv. por lo que el factor inductivo puede llegar a ser muy elevado.   En el caso de que la linea de alta tensión vaya soportada por torres metálicas, puede darse el caso de que alguno de los aisladores, tipo cadena, que sujetan los conductores se encuentre dañado, con lo que podrian derivarse estas corrientes a través de la estructura metálica hacia tierra, creando alrededor del pié de la torre una zona de gradiente de potencial, que en caso de que se haye próximo a un cable telefónico canalizado, llegaría a alcanzar la cubierta del cable y tambien quizás la pantalla metálica de proteccion de dicho cable.   Estas corrientes, bien directas como en el caso expuesto, o inducidas, circulan por la cubierta hasta un punto mas o menos próximo en el cual se derivarían a tierra.    La forma de medir estas corrientes es intercalando un amperímetro entre la pantalla del cable y un punto de tierra.   En la fotografía puedes ver esta misma operación pero realizada con una pinza amperimétrica, que facilita mucho la labor pues no es necesario abrir el cable para acceder a la cubierta.


Esta medida está hecha en la central telefónica, en un punto donde se han instalado conexiones a tierra de las pantallas de los cables.   La corriente medida es superior a un amperio, y hay una distancia de más de 2 km. desde el punto en el que las corrientes entran en la pantalla del cable, hasta la toma de tierra en que se descargan.   Esto hace que todos los pares del cable tengan tensiones de más de 10 v. de corriente alterna inducida.    La tensión inducida entre la cubierta del cable y tierra es casi de 7 v. 



La forma de localizar estas corrientes, y determinar su origen es la utilización de una pinza amperimétrica.   Es conveniente que tenga la suficiente amplitud para abarcar todo el cable en su interior.   Las pruebas pueden realizarse en una cámara de registro o en la propia galería de cables de la central telefónica.   Quizá sea necesario derivar la pantalla del cable a tierra en algún punto de la red para obligar a estas corrientes a que circulen a través de la pantalla en dirección a la tierra que hemos instalado.   Es fácil determinar en un empalme con varios cables, aquellos que traen la corriente inducida, midiendo las intensidades en cada uno de ellos y aplicando la segunda ley de kirchhoff.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Corrosión por corrientes vagabundas


Solemos conocer más habitualmente este fenómeno con el nombre de "ELECTROLISIS".   Está producida por corrientes eléctricas que circulan por el suelo fuera de los circuitos previstos.   El origen más habitual de estas corrientes es la existencia de una red eléctrica de tracción de corriente contínua que tiene un retorno parcial o completo a través de tierra.   Estas corrientes vagabundas circulan por las cubiertas de los cables debido a las diferencias de potencial producidas por las redes de corriente continua entre diversos puntos del suelo, ya que estas cubiertas se comportan como buenos conductores recogiendo las corrientes en zonas catódicas y dejándolas salir en zonas anódicas, siendo en estas últimas en las que se produce la corrosión.   
En el electrodo positivo o ánodo es donde se produce la pérdida de material
En estas zonas anódicas, la corriente al abandonar el cable produce un "arrastre" del plomo de la cubierta,  llegando esta a desaparecer produciéndose agujeros en la misma que dejan penetrar la humedad o el agua con la consiguiente pérdida de aislamiento dado que estos cables suelen tener aislamiento de papel o pulpa, muy sensible como sabemos  a la presencia de agua.
Tuberia dañada por efecto de la electrolisis

Evidentemente para que se produzca este fenómeno los cables telefónicos han de ir enterrados o en canalización y sus cubiertas  son de plomo o incluso cables "armados" que llevan sobre la cubierta de plomo  habitual, algunos flejes de acero.   Los modernos cables con cubiertas plásticas son inmunes a este fenómeno, y hay que decir que en los últimos tiempos  en que se instalaron cables con cubiertas de plomo en canalización, en zonas de influencia de líneas de tracción en corriente contínua, se recurría a la instalación de cables especiales llevaban una cubierta de plástico adicional sobre la de plomo.   En España, la tracción eléctrica con corriente contínua se centra básicamente en las líneas de ferrocarril, tanto de vía ancha (RENFE) como de vía estrecha (FEVE, Euskotrén, FGC, etc.). 
Esquema elétrico de retorno de corrientes vagabundas a través de la cubierta metálica de un cable instalado en subterraneo
Los tranvías desaparecieron de nuestras ciudades en los años 50 y 60 y han vuelto a aparecer a partir de los noventa, pero incorporando sistemas de tracción en corriente alterna, que ya no ofrecen ningún problema de este tipo, sobre los escasísimos cables con cubierta de plomo que aún están en servicio.   En cuanto al ferrocarril, las nuevas líneas de alta velocidad utilizan corrientes de 25 Kv en corriente alterna, por lo que tampoco presentan problemas, a diferencia de las líneas convencionales que aún  usan corriente contínua para la tracción.   Los ferrocarriles de vía ancha (1.668 mm.) pasaron hace años de usar 1.500 voltios a 3.000 voltios.   Las líneas de vía estrecha (1.000 mm) aun utilizan los 1.500 voltios de corriente contínua.
Existen diversos métodos para proteger los cables de estas corrientes vagabundas, como por ejemplo instalación de ánodos de sacrificio, drenajes eléctricos, diodos, etc., pero el primer paso y el más importante consiste en localizar el origen del problema y la zona en la que se producen la entrada y salida de corrientes en las cubiertas de los cables telefónicos.

miércoles, 7 de agosto de 2013

LAS TOMAS DE TIERRA EN LAS REDES TELEFÓNICAS

Las  tomas de tierra constituyen un elemento fundamental en la protección de las redes telefónicas contra las descargas atmosféricas.   Su funcionamiento consiste en desviar a tierra las corrientes procedentes de los rayos que hayan podido afectar la los cables instalados, especialmente en aéreo, para evitar daños en los elementos instalados en la red o en los propios cables.   Estos daños suelen producirse en los equipos de central o en los instalado en el domicilio de cliente.   Existen muchos tipos de tomas de tierra, desde picas de cobre u otro material conductor hincados en el suelo, a cables tendidos en largas  zanjas que luego se cubren con tierra que puede estar tratada con productos quimicos que mejoran su conductividad.   Es evidente que la calidad de una toma de tierra depende básicamente de la resistencia que presente al paso de la corriente eléctrica; cuanto menor sea esta resistencia, mayor será la calidad de la toma.   Las TT que se definen como especiales, tienen una resistencia inferior a los 20 Ω.
Picas de cobre endurecido para la construcción de tomas de tierra.
 A la hora de construir una nueva linea telefónica es muy importante determinar el grado de necesidad de protección contra las descargas atmoféricas, que va ligado directamente al nivel ceraúnico (riesgo de caida de rayos) de la zona por la que transcurra la linea.    El zonas de elevado nivel ceráunico en necesario proteger más la linea lo que conlleva la instalación de más tomas de tierra y con niveles de resistencia más bajos.
Instalación típica de una Toma de Tierra de un electrodo sobre un poste de linea telefónica.
A la hora de elegir los emplazamientoa para la instalación de las tomas de tierra a lo largo del trazado de una linea aérea es necesario hacer un estudio previo del mismo.    Normalmente se medirá la resistividad del terreno a intervalos de unos 500 metros.   La simple observación del terreno nos permite conocer las zonas donde los electrodos  de TT pueden llegar a conseguir valores más bajos de resistencia: zonas  al lado de rios o pantanos, lugares en los que observemos el crecimiento de vegetación, etc.
En cuanto a la conexión del cable de TT hay que tener en cuenta que además de realizar las conexiones necesarias en los descargadores, caso de que existiesen, es necesario conectarlo a la pantalla metaloplástica del cable y al cable soporte de acero.

jueves, 4 de julio de 2013

Localización de cortos con JIKI

Hace tiempo ya que se utilizan otros métodos para localizar los cortocircuitos y derivaciones a tierra en los cables telefonicos de pares, pero durante muchos años la forma más sencilla y económica de hacerlo era por medio de una bobina exploradora y un "jiki"

Equipo emisor de un JIKI

El montaje necesario para la localización de los cortocircuitos esta compuesto de dos partes: un emisor de señales conectado al par en corto y una bobina exploradora asociada a unos auriculares.   Desde el emisor fluye una señal de corriente alterna de frecuencia audible que se inyecta a través de uno de los hilos del par averiado y, cerrando el circuito en el punto donde se producía el corto, regresa por el otro hilo hacia el emisor.  
Conjunto  bobina exploradora, amplificador y auriculares de un JIKI
Aproximando la bobina exploradora a la cubierta del cable, esta capta la señal y la envía a los auriculares.   Esto sucede solo en el tramo que va desde el punto en el que inyectamos la señal hasta el punto donde se localiza el corto; una vez rebasado este, la señal ya no es audible.   

Esquema eléctrico de funcionamiento
Hasta la llegada de los nuevos equipos de localización basados en el puente de Wheatstone no se dispuso de ningún sistema mas eficaz para la localización de este tipo de averías.   Aún hoy en día no existe un sistema mas preciso para localizar el punto exacto del corto, especialmente cuando este se encuentra en el obturador de un muñón.